Antifragilidad

Antifragilidad - La evolución a partir del caos

Los últimos años en Venezuela han servido de marco a un escenario de sostenido de caos, incertidumbre y una variada gama de agentes estresores. Alimentación, salud, infraestructura, educación, migración, servicios básicos y un largo etcétera. Empresarios y comerciantes hacen un esfuerzo titánico por resistir los embates de una fuerza poderosa e invisible que rompe protocolos y acaba con las predicciones y las estadísticas

¿Pero, es la mejor estrategia “resistir” esperando regresar a lo que conocemos como condición de normalidad? El ensayista americano de origen libanes; Nassim Taleb, acuña en el 2012 un controversial concepto, La antifragilidad.

En su libro “Antifragilidad; Las cosas que se benefician del caos” Taleb propone una “mirada” diferente a la crisis, la incertidumbre y el caos. Entender el concepto y su aplicabilidad a entornos corporativos, empresariales, de emprendimiento e incluso políticos y económicos es verdaderamente fascinante y a menudo incómodo para los más estructurados. Tratemos de entenderlo.

En un entorno caótico parecería “normal” protegernos, aislarnos del desorden para garantizar nuestras condiciones y utilidad. Evitar el estrés puede permitirnos cierta comodidad, sin embargo, nada puede garantizar que el entorno y sus agentes estresores no aumenten al punto de “quebrarnos” y hacernos inútiles!

A partir de esta idea, intentar controlar las variables, definir protocolos y normas, establecer estructuras “inmutables”, solo estarían evidenciando la FRAGILIDAD de un objeto o sistema complejo. Nos reconoceríamos así como FRAGILES. Por esta razón, nos alejamos de los riesgos, del cambio, de lo incierto, del desorden.

Sin embargo es factible no alejarnos. Al contrario, podemos oponer resistencia al entorno y no demostrar “fragilidad”. Realmente podemos intentar resistir, manteniendo (con algún costo) la “forma” original, a eso podríamos llamarlo robustez e incluso flexibilidad (resiliencia), sin duda características que harían perdurable nuestra vida útil, (al menos por un tiempo) pero sin experimentar transformaciones significativas, todo hasta que la fuerza del estrés NO supere ampliamente nuestras capacidades, porque en ese caso, nos romperíamos!

Pero la antifragilidad va más allá de resistirse a los cambios. Ésta no se aparta del desorden caótico, no reniega de la incertidumbre o del riesgo, por el contrario LOS APROVECHA. Asimila los errores para eliminar lo que no le sirve en la nueva circunstancia y se enfoca en crear estructuras nuevas, sistemas nuevos. Siendo antifragiles de alguna manera buscamos “evolucionar” para terminar siendo el resultado de la acción de los agentes estresores implícitos en los entornos caóticos.

La antifragilidad es lo verdaderamente opuesto a lo frágil, va más allá de la robustez y de la resiliencia, es la verdadera y más genuina naturaleza de la evolución de los sistemas.

Empresas constituidas, emprendimientos y otros sistemas sociales, buscan mantenerse en “ambientes de orientación”, intentan siempre predecir comportamientos de mercado, reproducen “modelos exitosos” con sus “leyes inmutables”, se alejan de la volatilidad y aborrecen cometer errores, para “sobrevivir”. Entonces la fragilidad de estos sistemas, se puede ver reflejada en la incapacidad que tienen para asimilar la crisis, asumiendo como estrategia principal aguantar (ser robustos) con leyes inmutables, preceptos y paradigmas.

Podríamos mencionar algunos ejemplos interesantes de antifragilidad en entornos corporativos.

Luego de muchos años reproduciendo un exitoso modelo de negocios XEROX (importante fabricante de fotocopiadores y faxes) se encontró de la noche a la mañana en un mundo cada vez más digitalizado, que amenazaba de muerte sus planes estratégicos de negocio, desarrollos tecnológicos y por supuesto: las ventas. Una serie de pequeños “descuidos” y “resistencia” a los extravagantes intentos por masificar la tecnología y hacerla de uso común, puso al poderoso gigante al borde de la bancarrota. Sin embargo, decidieron aceptar el caos y “matar” su negocio de diseño y fabricación de equipos para oficinas evolucionando al negocio TOTALMENTE nuevo de Administración de Recursos Humanos y Servicios de Administración de la Relación con los Clientes. ¿Quién lo iba a pensar?, Utilizaron su experiencia en la relación de postventa con sus clientes gubernamentales y privados alrededor del mundo y el manejo de información, desechando TODO lo que no le resultó útil en el nuevo entorno.

De igual forma, negocios locales en un país en crisis como Venezuela, desdeñaron sus capacidades y logros como constructores o fabricantes de zapatos y evolucionaron a importantes y modernas cadenas de abastecimiento de alimentos y hipermercados. Aprovecharon sus capacidades y fortalezas utilizándolas en sus nuevos modelos de negocio. Muchos de ellos han transitado un camino de errores que les ha permitido innovar en todos los sistemas y subsistemas de negocios, desde la búsqueda y contratación hasta las políticas de compensación y los mismos procesos.

El caos nos obliga a mantenernos alerta, aumentando las probabilidades de transformarnos con cada aprendizaje. El frio, el temor, las caídas, los errores, la presión, el caos, el estrés, nos obligan a modificar nuestra estructura de pensamiento, de resolución de hábitos. Seremos totalmente diferentes luego de someternos y ASIMILAR lo impredecible de un entorno desordenado, caótico y desconocido.

Una actitud diferente frente al caos, puede permitirnos reconocer en el tiempo exacto, nuestras debilidades en la incertidumbre, determinar que hábitos se volvieron inútiles, que leyes debemos olvidar, que procesos perdieron sentido y de hasta de qué manera debemos EVOLUCIONAR.

 

Leonardo Quintana
www.proyecto911.com.ve
@proyecto911er